CARTA A MÍ

Un día nos dijeron que seríamos grandes, seríamos leyendas en un mundo donde todo era dolor. No se equivocarón porque antes solo irradiaba felicidad. Ahora miranos, de nuestra cabeza no salen pensamientos "negativos". Negativos para el resto de la sociedad, para mí son con los que he convivido media vida. Mientras el resto buscaba el monstruo debajo de la cama, dentro del armario; yo lo tenía dentro de la cabeza y sigo teniendolo. Me enseñaste que la sonrisa no aleja los problemas, sino que los oculta. Hace que la gente piense qeu estás bien, los monstruos siguen dentro. Intento tener la mente despejada, reir, saltar, bailar aunque no sé. Vivir. Pero los monstruos vuelven a aparecer.

Estoy bien ahora, no te preocupes. Tengo gente maravillosa a mi lado, estoy donde quiero. Pero los monstruos han vuelto. Y no se callan. Me repiten que no valgo, que deje de insistir, que nadie me querrá. Y razón no les falta. Hago todo lo que creo posible para enseñar que valgo y la gente me dice que no, igual que los monstruos. Insisto y caigo, pero las fuerzas ya me faltan, no tengo aliento y las piernas me fallan al levantarme. Y voy buscando un abrazo, una caricia. Pocas veces lo tengo.

He vuelto a pensar en la muerte. Es cierto que prometí no volver a hacerlo, pero no puedo evitarlo. Porque mientras unos ven los colores de la vida, yo veo un sútil tono negro, a veces gris. Nada más. Me pasa como hace un tiempo, cuando estuve a punto de saltar por la ventana. En ese momento hubo algo que me agarró y me metió de nuevo dentro del piso. Para mí hubiese sido más fácil, pero aquí sigo. Ahora sé que no llegaré tan lejos.

Ya sabes como soy. No he cambiado practicamente. Sigo siendo ese chico que sonríe pero que por dentro está destrozado, llora y piensa en la muerte. Lo que ha cambiado es la gente que tengo a mi lado. Antes tenía a mis amigos, que siguen siendo parte de mi familia, los que no tenían que estar y los monstruos. Ahora solo tengo a los que quiero a mi lado y a los mismos monstruos. Sé que tengo que aprender a vivir con ellos, pero son más qeu yo y más grandes. Ellos son el problema y ella la solución, no la dejaré que desaparezca porque si no los monstruos acabarán conmigo.