Y todo cambia, es así. Pero a veces para bien, otras para mal. Eso no me está pasando a mí. Sabes, mi vida ha cambiado, desde hace unos meses hasta aquí. Pero todo cambio tiene un motivo, mi motivo es una sonrisa. Sí, una sonrisa. Puede sonar raro pero es así, una simple sonrisa. Pero no es una sonrisa solamente, es todo lo que conlleva esa sonrisa, todo lo que la acompaña. ¿Y qué la acompaña? Pues la acompaña una persona, bueno personita. Que me mima en todo momento y como nadie lo ha hecho, ni hace. Tiene una forma peculiar de mimarme, y es que me mima mientras me pide con un tono dulce y cariñoso. Y que quieres que te diga, pero eso es mi perdición. Cuando se pone así hago lo que sea, y aunque no se ponga así también hago lo que sea por ella. Ella también me protege, mientras que yo creo protegerla, pero la cosa es que es más fuerte que yo y sabe como hacer que no haya nada malo fuera. Con tan solo darme un abrazo ya no hay nada más alrededor nuestra. Pero esto no es lo único que acompaña a esa sonrisa. Con ella también viene dulzura camuflada de sus besos pequeños, que dará pocos pero cada uno me sabe a alegría. Esa dulzura en su forma de andar, mirar, hablar, besar, abrazar, moverse, en todo lo que hace; es única. Y encima es todo naturalidad, nada de artificios, hace las cosas porque quiere y eso poca gente lo hace. No necesita nada más, ningún complemento, tan solo su sonrisa y esos ojos. Los que vean sus ojos por primera vez dirán que son normales, pero es que los ojos que yo veo son infinitos, son como ver su alma que grita estoy donde quiero. Tengo suerte de ver esa mirada. Esa sonrisa también va acompañada de una luz distinta, intensa y que no se apaga. Es de esas personas que iluminan todo a su paso, que a lo mejor no te fijas en un primer momento en ella pero si la tienes cara a cara te fijas y no dejas de fijarte. A mí me pasó, no me fije, hasta que estuve cara a cara con ella y en ese momento en que la conocí dije que no la soltaría.
Pero ella es lo que ha provocado el cambio. Y ella ha hecho que en mi vida haya alegría, todos los días. Podría decir que ella ha hecho que llegue mi felicidad por fin. Soy feliz con ella, haciéndola feliz. Sin duda es mi felicidad, mi alegría, mis ganas de seguir adelante. Solo quiero que esto sea para siempre y que no se acabe, porque que quieres que te diga, no sé que haría si un día no está ella.
