17 de diciembre de 2013

CARTA A LOS REYES MAGOS

La Navidad está llegando, otra vez, ya nos lo han recordado los centros comerciales poniendo los turrones y polvorones en los estantes a finales de octubre. Como todas las Navidades millones de niños estarán haciendo su carta a los reyes o a papá noel. Este año también la escribo, me apetece y quiero retomar una tradición que había en mi casa que consistía en estar con mi hermano en el sofá con el pijama puesto, calcetines de lana y boli y papel, pero mi hermano ya vive solo y yo sigo con mi pijama puesto y mis calcetines rojos de lana puestos, por lo que me toca hacerla a mí solo.

"Queridos Reyes Magos:

Este año no pido mucho, no pido nada. Tengo de todo. Amigos que este año se han portado como nunca, que me han demostrado que estarán ahí aunque no esté yo. Tengo una familia que aunque no haya el dinero que había antes siempre tendré un plato en una mesa y el calor que dan sus abrazos. Estoy conociendo gente nueva a cada momento, gente estupenda. Estoy olvidando a gente que nunca tendría que haber pasado por mi vida aunque les quise como un hermano o que quisiese pasar cada instante mirando a sus ojos. También estoy donde quiero estar, estoy siendo quien quiero ser y eso es lo más importante. Este año son los de los veintiuno, quién lo diría, cuando todavía me veo en el recreo jugando al fútbol con una pelota de papel. Este año creo que ha sido el mejor, por eso no pido nada, porque creo que la vida se está portando demasiado bien. Pero aunque no pida nada para mí quiero daros las gracias.

Daros las gracias por seguir estando en muchos hogares, por hacer que haya niños aún que creen en vosotros, porque el momento en que dejan de creer en vosotros es el momento en el que un niño pierde la inocencia. Y hoy día necesitamos a más niños que escriban cartas a los reyes magos que adultos que pierden la inocencia. Gracias porque Pedro (nunca supe su nombre), el hombre al que bajabamos comida un día sí y otro también lleve un tiempo que ya no esté aquí, cuando ví a los policias y ese plástico amarillo en el suelo me estremecí, pero hoy sé que ya no sufrirá por el dolor que llevaba. Se fue jóven pero con la cara llena de arrugas por dormir en la calle. Gracias por hacer que familias que gritan y tienen sus diferencias dejen a un lado los gritos e intenten estar bien durante lo que dura la cena de nochebuena o mientras abren regalos. También gracias por hacer que la gente no pierda la esperanza. Por último quiero dar gracias por tener esta familia, una madre que sale a las siete de la mañana y vuelve a las ocho de la tarde para limpiar los suelos de ricos, un padre que trabaja más mientras ve que su sueldo baja y un hermano que aunque no viva aquí siga siendo el mejor amigo que puedo tener. Gracias a todos ellos que hacen que esté aquí escribiendo, que esté estudiando, que me han enseñado todo y me han hecho ser como soy.

GRACIAS. Me despido entre alguna lágrima, Javi."

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