7 de noviembre de 2013

ESPEJO

Nunca acepté un piropo
porque nunca me lo dijo el espejo
él tan solo alimentaba mi inseguridad
me decía mira te, nadie te quiere.

El espejo de mano se suicidó
no quería verme más
cada vez que crecía y fracasaba
se reía más y más alto
diciendo que no llegaría a nada.

Por eso escribo
para demostrar que estaba equivocado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario